Montar un negocio o empresa no es una tarea sencilla. Si creías que ya tenías suficiente con desarrollar tu idea de negocio, con los trámites para ponerlo en marcha o con la elección de la mejor ubicación para tu local, ahora te toca calcular cuánto sale todo y buscar la financiación para ponerlo en marcha.
Seguro que ya has pensado en las vías de financiación convencionales y has visitado tu entidad financiera para conocer las condiciones de mercado que rigen los préstamos. Pero en este post queremos hablarte de las alternativas que tienes para que puedas encontrar los recursos para poner en marcha tu negocio.
Las tres ‘F’ (Family, Friends & Fools)
Estamos ante la fuente más próxima y, a priori, accesible que tienes a la vista para poder cumplir tu sueño como persona emprendedora. Son las tres ‘efes’: Family, Friends & Fools, o, en castellano, familia, amistades y tontos o locos. Sobre los dos primeros no tenemos nada que decirte, porque nadie los conoce mejor que tú. A tu favor juega el componente emocional para que puedas convencer a tus familiares y amistades de las bondades de tu negocio; basta con que les pidas un préstamo o que participen como inversores. Pero también tiene elementos en contra, en primer lugar porque arriesgas mucho más que dinero: pones en juego tus relaciones personales. Además, es posible que ese familiar o amiga quiera formar parte del negocio, y con el tiempo no sepas cómo quitártela de encima.
Capítulo aparte merece el tercer grupo, que incluye a aquellas personas que apuestan por tu negocio sin ser expertas. Es posible que te hayas encontrado con una de ellas en algún momento y que le hayas convencido de las ventajas de tu idea, o que haya sido un tercero quien os ha puesto en contacto. Sea como sea, se han fijado en tu proyecto y están dispuestos a financiarlo, pero, ¿a qué precio? Como son inversores amateur, exigirán menos contrapartidas y contratos más laxos. Pero su capacidad inversora también será más pequeña y no podremos disfrutar de las ventajas que nos aportarán los inversores profesionales, en forma de recomendaciones, contactos, experiencia y solvencia.
Crowdfunding
El crowdfunding es un modelo de financiación masivo en el que personas particulares financian un proyecto a cambio de recompensas, participaciones, e incluso de manera altruista. La gran ventaja de este modelo es que las personas que invierten en sus proyectos lo hacen por convencimiento, porque creen en ellos, y de esa manera se convierten en pequeños mecenas de una determinada causa o actividad. Por eso lo componen colectivos implicados y la actividad suele ser novedosa o innovadora y tener eco informativo. Esta fórmula es relativamente novedosa en nuestro entorno y ha crecido gracias a la proliferación de plataformas en internet, donde se han abierto las posibilidades de promoción y difusión. Hay varios tipos de crowdfunding o micromecenazgo:
- De recompensa. Se trata de proyectos relacionados directamente con el mecenazgo y las recompensas son en forma de productos, experiencias o servicios, siempre vinculados a la actividad. Una de las plataformas de este tipo de crowdfunding es Verkami, vinculada a la creatividad, mientras que Goteo está más centrada en el aspecto solidario.
- De inversión. Con esta fórmula se ofrecen acciones, participaciones o beneficios de una empresa como contraprestación al dinero aportado. Una de las más conocidas es Crowdcube.
- De préstamo. Los particulares realizan préstamos a empresas a través de plataformas online y obtienen un tipo de interés como contraprestación. Arborius es una de ellas.
- De donación. Las personas que realizan la donación lo hacen con la única intención de que el proyecto prospere, sin esperar contrapartidas. Teaming es una conocida herramienta de recaudación de donaciones para fines sociales a partir de un euro.
Business Angels
También conocidos como inversores de proximidad, son personas privadas que aportan su capital pero también su experiencia y sus contactos en el mercado. Ponen el dinero, pero tienen un perfil de mentoring, y su know-how es casi tan importante como el capital. El problema puede venir precisamente de ese último aspecto. Su capacidad y conocimientos le pueden animar a intervenir demasiado en la gestión del negocio. Y no es para menos, porque se juegan su dinero a todo o nada. Por eso suelen ser muy útiles si tenemos un proyecto de nicho en el mismo sector y zona geográfica que nuestro business angel .
Autofinanciación
Parece claro que se trata de la primera vía que debemos explorar. Porque si quieres transmitir confianza en tu negocio la mejor forma de hacerlo es con tu propia inversión. Además, si no lo haces corres el riesgo de perder el mando de tu propio negocio y de que tu capacidad de decisión sea nula. Sus ventajas son obvias. La principal es la autonomía, que no dependes de nadie para tomar decisiones. A ella se suma la simplicidad, porque no requiere ningún trámite legal, y los beneficios económicos, puesto que no tendrás que pagar intereses ni necesitarás avales o garantías. Pero no todo son ventajas: en primer lugar, seguro que tus recursos son limitados, y que incluso hayas querido utilizar la prestación por desempleo para tu proyecto de emprendimiento. Además, al ser tú quien realiza las inversiones, corres el riesgo de hacerlo con laxitud y poca exhaustividad. Por eso es conveniente contar siempre con una opinión externa autorizada que te ayude a valorar las acciones que llevas a cabo.
En cualquier caso, recuerda que en Gaztenpresa te acompañamos en todo el proceso de creación de tu negocio, desde su puesta en marcha hasta el plan de negocio, su consolidación y, por supuesto, la financiación.