Después de la mesa redonda, en Gaztenpresatik llegó el turno de escuchar las historias reales de personas emprendedoras que, en algún momento de su trayectoria, han acudido a Gaztenpresa en busca de nuestro asesoramiento. Así, conocimos a Elsa Pamparacuatro y Keko Salvador, dos artistas que se conocieron en la escuela circense de Iruña y que tenían un sueño: montar una escuela de circo en Urdaibai.
Su primera opción fue acondicionar la cuadra del caserío en el que vivían en Gautegiz Arteaga. “Empezamos a dar clases allí pero este espacio se nos quedó pequeño en seguida. Entonces empezamos a buscar y encontramos un pabellón industrial en Gernika pero necesitábamos financiación para equiparlo y adaptarlo adecuadamente”. Fue entonces cuando acudieron a su oficina de LABORAL Kutxa y allí les dijeron: ‘Id a Gaztenpresa’”.
“Sinceramente, lo primero que pensamos es que nos estaban dando largas pero, para nuestra sorpresa, en Gaztenpresa nos encontramos con Miguel Ángel, una persona que, lejos de ahuyentarnos la ilusión, nos dio confianza y nos dijo que nos iba a ayudar”.
Formación de negocio
A partir de ahí, empezaron los “deberes”. “Nos mandaron hacer el curso de emprendimiento y nos vino muy bien porque allí tuvimos que hacer el plan de negocio, que era un requisito que nos pedían para darnos la financiación”. Pero, más allá del préstamo, lo que más valoran Elsa y Keko de su paso por Gaztenpresa es la formación de negocio que adquirieron. “Es súper recomendable. Nos sirvió para cuestionar aspectos de nuestro proyecto que a nosotros ni se nos pasaban por la cabeza. Además, en nuestro caso, vimos que los números daban y nuestro proyecto era viable”.
Así, obtuvieron el crédito que necesitaban para acondicionar el pabellón de Gernika y transformarlo en la escuela de circo Txitatoki, un centro accesible e inclusivo que, en un par de años, cuenta ya con 250 alumnas/os de todas las edades y un equipo de 9 personas especialistas en teatro y artes circenses. También realizan actividades extraescolares en 8 colegios de la zona y podrían ser más. “Son muchos los centros escolares que nos están demandando este servicio pero necesitaríamos más personal formado en circo como para poder cubrir toda la demanda que tenemos. No podemos abarcar más”, destacan.
Inclusión social a través del circo
Y, por si esto fuera poco, Elsa y Keko han creado su propia fundación. Se trata de Hazitoki, un proyecto sin ánimo de lucro con el que buscan la inclusión social a través del circo. “El circo es una actividad no competitiva que permite que cada persona, al margen de sus capacidades, encuentre aquella disciplina que le haga sentirse bien y le ayude a superar sus propias barreras”.
Por eso, todas las actividades que realiza esta escuela de circo están adaptadas a personas con diversidad funcional o con necesidades especiales que, acompañados por una persona educadora, se integran en el grupo realizando los mismos ejercicios que el resto. “Trabajando en común, las personas con discapacidad se sienten partícipes de la cotidianidad y el resto del alumnado asume con normalidad la convivencia con ellas”.
Pero Hazitoki no sólo acerca el mundo del circo a personas hiperactivas, autistas, con déficit de atención, parálisis cerebral, etc., sino también a aquellas que tienen necesidades económicas asumiendo, en estos casos, los costes de matriculación en la escuela.
Tras Elsa y Keko, en Gaztenpresatik escuchamos la historia de emprendimiento de Andrea Fernández, una profesional freelance del marketing digital y la comunicación que nos habló de la importancia del equilibrio personal y profesional, algo que a menudo olvidan las personas que tienen que sacar adelante su propio negocio. La semana que viene os contaremos su testimonio en este blog.
¡Feliz semana!