y luego Añadir a pantalla de inicio.
En nuestro trabajo en Gaztenpresa muchas veces nos encontramos con personas emprendedoras que, tras varios meses con el negocio abierto, siguen obsesionadas con querer llegar a nuevos clientes a toda costa y centran todos sus esfuerzos de marketing digital en intentar conectar con públicos que aún no han oído hablar de ellos.
La estrategia parece clara: cuantas más personas conozcan mi negocio, más posibilidades tendré de vender mis productos y servicios. La verdad es que es un buen razonamiento, especialmente cuando se está empezando un negocio, pero ¿qué estrategia sigues para que esa clientela que ya ha confiado en ti y ha comprado tus productos o contratado tus servicios se convierta en un cliente fiel, e incluso en una persona que recomiende tu marca o negocio?
¿No tiene más sentido pensar que una persona que ya ha confiado en nuestra marca, si además está satisfecha con el servicio recibido, vuelva a acudir a nuestro negocio cuando se le plantee de nuevo la necesidad que la llevó hasta nosotros o nosotras por primera vez? Para conseguirlo, sólo tenemos que lograr que no se olvide del negocio y, lo que es más importante, que sienta que nosotros y nosotras no nos hemos olvidado de ella e, incluso, que la tenemos en consideración y la cuidamos porque es muy valiosa.
Y es aquí donde entra en juego el email marketing.
Características de este recurso digital
El email marketing es una herramienta que nos va a permitir reforzar la relación con aquellas personas que, o bien ya nos han comprado alguna vez, o bien tienen el suficiente interés por nuestro negocio como para querer recibir comunicaciones comerciales sobre nuestra empresa -newsletters, boletines, ventas privadas, ofertas exclusivas, etc.- a través de su correo electrónico. En ambos casos, clientes y no clientes, nos habrán tenido que dar su consentimiento expreso para recibir este tipo de comunicaciones, tal y como establece el Reglamento General de Protección de Datos.
Otra característica valiosísima del email marketing es que, a diferencia de las redes sociales, aquí no dependemos de los caprichos de ningún algoritmo. Vale la pena recordar que, en redes sociales, por lo general, sólo ven nuestras publicaciones (posts) de forma orgánica entre un 5-10% de nuestros seguidores y seguidoras. Por el contrario, el email marketing es una herramienta de comunicación directa que nos permite entrar en las bandejas de correo electrónico de las personas que nos han facilitado su e-mail en la que podemos llegar a un 30-40% de nuestros destinatarios y destinatarias, porcentaje que crecerá si nuestros mensajes son especialmente valiosos para su interés.
Las personas que reciben un e-mail con una información o promoción adaptada a ellas tienen muchas más probabilidades de acabar realizando la acción que le proponemos en el correo electrónico: comprar nuestros productos y/o servicios, inscribirse en un curso, realizar una encuesta, etc.
Asimismo, hay que subrayar que en el email marketing, los datos son nuestros, no de la red social. Es decir, en Facebook, Instagram, Twitter, etc. los datos de nuestra comunidad no los tenemos nosotros, los tiene la red social, de modo que si un día decide cambiar las condiciones de acceso o se cierra la red social nos quedaríamos sin “nuestros seguidores y seguidoras”.
¿Significa esto que debemos olvidar otros canales de marketing y centrarnos exclusivamente en el email? Por supuesto que no. Cada uno de estos recursos desempeña un papel fundamental en el famoso funnel o embudo de conversión -las etapas por las que pasa una persona desde que descubre nuestra marca hasta que finalmente la compra y, en algunos casos, se llega a convertir en fan y/o persona embajadora de la misma-. De lo que se trata es de hacer una estrategia combinada que emplee todos los canales pero es importante entender lo que nos aporta cada uno de ellos, especialmente cuando somos autónomos y micropymes y el tiempo y dinero que podemos dedicar a la web, redes sociales, email marketing, etc. es limitado.
Finalmente, si apostamos por incluir el emailing en nuestra estrategia de marketing digital tendremos que tener en cuenta que la clave del éxito de nuestras campañas será la personalización de las mismas. Las personas usuarias tienen que sentir, en la medida de lo posible, que ese e-mail que les mandamos va destinado a cada una de ellas. No se trata sólo de saludarle por su nombre, sino de segmentar a nuestros clientes (por género, por edad, por gustos/aficiones, por su comportamiento de compra, por su relación con nosotros, etc.) y enviar a cada uno de estos segmentos contenidos que sean realmente relevantes y oportunos para ellos. Esto implica que tenemos que trabajar nuestra base de datos, alimentándola con información que nos permita hacer grupos de clientela (por gustos, comportamientos, características demográficas…) y también, que tendremos que planificar nuestra comunicación para estar a su lado sin agobiarles.
Webinar “Cómo aplicar el email marketing en nuestro negocio. Foco en Mailchimp”
Si después de leer este post, te has quedado con ganas de saber más y averiguar cómo las campañas de emailing pueden ayudar a fidelizar a tu clientela, te recomendamos que no te pierdas el webinar “Cómo aplicar el e-mail marketing en nuestro negocio. Foco en Mailchimp”. Este taller forma parte de los “Lunes Digitales de Gaztenpresa”, una iniciativa que llevamos a cabo con la colaboración de la agencia de marketing digital No te pierdas en las redes.
En esta sesión, veremos las distintas aplicaciones que tiene el email marteking y os ayudaremos a distinguir qué es una campaña de emailing, qué requiere el cumplimiento de la RGPD y qué correos electrónicos no entran dentro de esta consideración. Además, tomando como referencia Mailchimp, analizaremos todas las posibilidades que nos brindan las plataformas de email marketing para recabar el consentimiento de las personas usuarias para enviarles comunicaciones vía e-mail, gestionar y segmentar los contactos, personalizar y automatizar los emailings y, por supuesto, analizar los resultados de nuestras campañas.
