La gestión de una empresa es una tarea compleja que exige dedicación y conocimientos. Aunque tu labor como emprendedor no abarque estas funciones, es conveniente que estés familiarizado con algunos términos y conceptos de gestión empresarial porque te permitirán comprender el funcionamiento de tu negocio.
Benchmarking.
Esta es una práctica bastante común en el ámbito empresarial. Hacer benchmarking significa tomar como referencia las prácticas más destacadas de otras empresas u organizaciones para adaptarlas a tu propio negocio. ¿Con qué objetivo? Para mejorar tus resultados. Como ves, esta definición es muy amplia y por eso se puede aplicar tanto al ámbito empresarial como al del marketing, las ventas, los procesos de trabajo… Se pueden identificar tres tipos generales de benchmarking: el interno, que sirve para estimular la comunicación interna y la solución conjunta de problemas en una empresa. El genérico, que busca referencias globales en otras organizaciones que no son competencia directa. Y el competitivo, que directamente identifica los productos, servicios o procesos de la competencia para buscar un posicionamiento propio en el mercado. En ocasiones este último se identifica con el seguimiento que se hace a una o varias empresas de la competencia para analizar sus servicios y productos e intentar incorporarlos al catálogo propio con diversas mejoras: es decir, copiar un producto o servicio y mejorarlo para integrarlo en tu oferta.
Capacidad productiva.
La capacidad productiva de una empresa es el máximo nivel de actividad y producción que esa compañía puede conseguir con sus estructuras actuales. Este concepto es fundamental en el ámbito de la gestión empresarial porque, por ejemplo, permite saber si los recursos productivos de que dispone un negocio le permiten atender la demanda en un mercado determinado. Además, este dato sirve para optimizar la producción porque es el resultado de un análisis sobre cuál es el grado de uso de los diferentes recursos que operan en una estructura productiva. A través de este análisis se puede identificar cuáles son las áreas que pueden incrementar su rendimiento. Para evaluar la capacidad productiva de un negocio se deben tener en cuenta todos los factores que influyen en el proceso, desde la maquinaria empleada hasta fuerzas externas como las leyes y las políticas gubernamentales, la logística y la mano de obra, entre otras.
Análisis Top-down / Bottom-up.
El proceso top-down es una metodología de análisis que llevan a cabo las empresas para evaluar operaciones o decisiones de gran envergadura. El anglicismo top-down indica que para hacer ese análisis se parte de una visión global y a continuación se va descendiendo poco a poco hasta desentrañar los aspectos más sencillos de la operación. Por ejemplo, si estudiamos adquirir una empresa, un análisis top-down comenzaría desde las implicaciones que tendría en el mercado internacional; después, en la economía nacional; a continuación su posición competitiva, cuota de mercado, rentabilidad, eficiencia de costes… y así hasta los detalles más sencillos. Por el contrario, en el proceso bottom-up las decisiones se toman a la inversa. Este enfoque es frecuente cuando los riesgos macroeconómicos están bien controlados. Se aborda la inversión desde una posición individual para pasar posteriormente a variables más globales. Primero se analiza la empresa y su posición competitiva; después, el sector al que pertenece, y finalmente, la economía nacional e internacional, para conocer las variables que podrían afectarle.
Curva de Experiencia.
Básicamente, una Curva de Experiencia es un análisis que te permite saber si tu empresa mejora su rendimiento con el paso del tiempo. Para calcular esta magnitud se parte de una premisa: a medida que tu empresa adquiere experiencia, mejoran variables como la tecnología, la labor de gerencia, la productividad laboral… es decir, la empresa adquiere un know-how que revierte en la mejora de los resultados y en la disminución de costes. Por eso saber si la empresa evoluciona de una manera correcta, se necesitan, al menos, dos ejercicios de referencia, aunque lo ideal es tener más. La Curva de Aprendizaje mide el incremento de productividad de un trabajador por su especialización en una tarea determinada.
Auditoría de Cuentas.
La figura del auditor de cuentas es fundamental para conocer la situación de una empresa, especialmente en momentos de crisis económica, en los que es necesario analizar minuciosamente los procesos contables para optimizar los recursos. Un auditor se dedica a verificar y a comprobar que los libros contables de una empresa, sociedad o institución son fiables y veraces. Por eso deben ser actores independientes de las actividades que auditan, emitir sus informes con absoluta independencia e imparcialidad, y estar inscritos en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas (ROAC) del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC). Las auditorías más habituales son las que se realizan sobre las cuentas anuales de una sociedad.
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