En un currículum todo es importante: el diseño, la redacción, la distribución de los elementos, tu fotografía… Pero por encima de todo está tu experiencia profesional. Tu historia laboral es el epicentro de tu currículum.
Cuando una empresa quiere cubrir una vacante, lo primero que hace es comprobar si tienes la experiencia requerida para ese puesto. Si no es así, tu currículum terminará archivado. Pero si tu trayectoria profesional se ajusta a sus necesidades, subirás un escalón y competirás por el puesto con otras candidaturas.
Tu experiencia lo dice casi todo de ti; mucho más que la formación, aunque también es importante. Al redactar tu historial laboral estás contando a las personas encargadas de seleccionarte qué trabajo has desempeñado, si has sido un activo para tu equipo, cuánto tiempo has durado en el puesto y por qué, si has colaborado con la dirección e implicado en tareas complementarias…
Pero antes tienes que tener en cuenta un detalle: no puedes redactar igual tu experiencia si acabas de graduarte que si eres un profesional joven u ocupas un puesto directivo.
Recién graduado
Probablemente, si acabas de graduarte, la formación sea el mayor activo que tengas, a no ser que hayas compaginado tu vida académica con unas prácticas o una pasantía. Debes acercar los trabajos que has realizado a las habilidades que la empresa busca, incluso usando una redacción imaginativa y revistiendo con cierta solemnidad tareas que pueden parecer muy corrientes. Por citar un ejemplo un poco extremo, no es lo mismo decir que has dado clases a niños que haber gestionado y coordinado tareas de apoyo extraescolar.
Joven profesional
Si acumulas ya cierta experiencia laboral, tu currículum deberá estar orientado a ella, y de forma prioritaria: olvídate de las prácticas de verano o los trabajos esporádicos que hiciste durante tu etapa universitaria; céntrate en cuál es la actividad profesional que te ayudará a conseguir este nuevo puesto, e incluye el resto de ocupaciones en una sección aparte, como “Otras actividades”.
Y ahora, ponte a redactar. Si tu evolución profesional ha sido ascendente, utiliza un formato cronológico: empieza por tu última ocupación y asegúrate de explicar de manera pormenorizada cómo has llegado hasta ella.
Pero si te interesa destacar un trabajo que tuviste hace no demasiado tiempo, no lo dudes: destácalo en primer lugar y vincúlalo con el puesto al que optas. Eso sí, asegúrate de construir un relato que transmita que siempre has tenido contacto con aquellas ocupaciones a pesar de que los puestos que has ocupado después han sido diferentes. Esmérate mucho en hilar aquel trabajo con el resto de tu experiencia laboral. Asegúrate de utilizar las negritas para destacar los aspectos más importantes y no olvides incluir todos los trabajos que has desempeñado, aunque solo sea para que conste: es mejor que no aparezca un espacio de tiempo vacío.
Perfil senior o directivo
Cuando una empresa busca a personal senior sabe exactamente lo que quiere. En primer lugar, si optas a un puesto así debes haber desempeñado un trabajo similar con anterioridad. Las empresas no especulan con sus directivos, aspiran a superar lo que ya tienen. En caso contrario, optarían por la promoción interna. Por eso debes mostrar un perfil global, recordar cuáles eran los objetivos que te marcaron cuando fichaste por otros trabajos y cómo los cumpliste. Transforma tus aportaciones a cifras y porcentajes, y acredita tu trabajo con los premios o distinciones que haya recibido tu compañía durante el periodo que trabajaste en ella.
Y recuerda que, además del apartado profesional, un currículum es una tarjeta de presentación que no puedes descuidar en ningún aspecto. Así que toma nota de estos consejos para redactar uno con corrección antes de enviarlo.
- Sintetiza y expón todo con claridad. Las personas que vean tu currículum no van a tener paciencia para traducir lo que no está claro.
- Añade una carta de presentación. Si tienes un carácter abierto, actitud proactiva, te gustan los equipos, tienes curiosidad y afán de aprender, dilo: son valores complementarios que te pueden ayudar.
- Estructúralo. Todo lo que está estructurado se lee mejor. Si un headhunter busca algo concreto lo va a querer buscar con rapidez.
- Elige una fotografía apropiada. A todo el mundo le gusta poner cara a la gente con la que va a tener trato. Así que incluye una foto apropiada y que te guste a ti y, sobre todo, a los demás.
- No olvides tus datos de contacto. La fecha de nacimiento, el domicilio, el teléfono de contacto, mail y web, en su caso, son imprescindibles.
- Añade la formación. Incluye tus títulos académicos y el lugar en el que los obtuviste. Y añade tus conocimientos de idiomas, de herramientas ofimáticas, etc. Y procura que sea de forma breve y concisa.
- “Otras ocupaciones”. Esta es la pestaña ideal para que incluyas aquellos trabajos que no son relevantes para el puesto de trabajo pero que indican que has estado activo.
- Añade otros datos personales. Si te gusta hacer deporte y la vida saludable, indícalo, no te perjudicará salvo que conviertas tu currículo
Como ves, tienes trabajo por delante, así que cuando prepares tu currículo ponle atención y ganas porque te juegas mucho. Y, como siempre, si tienes dudas o quieres que te echemos una mano, entra en la web de Gaztenpresa y comprueba lo que podemos hacer por ti.