Nunca es tarde si la dicha es buena. La ilusión y el esfuerzo no entienden de edades. Y sacar adelante un proyecto de emprendimiento tiene mucho que ver con esto. Una buena prueba de ello es el caso de Maite Ibáñez de Maeztu, fundadora de Maikala.
“Emprender a partir de los 40 hace que las personas cuenten con una madurez y estabilidad de la que se carece cuando se es más joven, se proyecta una imagen más madura y posiblemente eso se traduzca en la confianza que depositan en ti tus clientes”. Así describe Maite las principales ventajas de emprender después de los 40. No habla por hablar. Lo hace desde la experiencia en primera persona.
Este no pretende ser un típico post sobre las ventajas y desventajas de emprender después de los 40, contado desde un punto de vista aséptico e impersonal. En Gaztenpresa ayudamos a las personas y nos gusta hablar de casos reales, historias verídicas que conocemos y en las que hemos colaborado. Esta nos sirve para ilustrar cómo un negocio puede salir adelante sin importar la edad de quien lo lleve adelante.
Pero, ¿qué puede hacer que una persona que se acerca al ecuador de su vida profesional deje la seguridad de un trabajo por cuenta ajena y decida emprender? “Yo trabajé durante 14 años como secretaria en distintas empresas hasta que las circunstancias personales me llevaron a dar un giro de 180º a mi vida”. En efecto, muchas veces son cuestiones personales las que le llevan a uno a realizar cambios drásticos.
De la forma más natural
En el caso de Maite, decidió ponerse a estudiar Restauración en Leioa. Al acabar, y casi sin darse cuenta, le empezaron a llegar pedidos de tartas. La oportunidad estaba de frente. Había demanda, a ella se le daba bien y le gustaba lo que hacía. Maikala nacía, pues, de la forma más natural posible. Un proyecto que prácticamente se definió solo.
Una historia bonita sí, pero como podrás intuir no todo es tan fácil como parece escrito en un post. “La decisión fue muy dura porque el gasto que tuve que asumir fue grande y eso conlleva un riesgo, pero la ilusión y tener objetivos claros hacen que los problemas diarios se afronten mejor”.
La importancia de la experiencia
Por otra parte, como ya hemos comentado en otros artículos, uno de los secretos del éxito a la hora de emprender es ser inasequible al desaliento. Todas las experiencias pasadas (sobre todo los fracasos) suman. Y a ciertas edades el historial es más amplio.
Maite sabía un poco sobre emprender. “Antes de comenzar los estudios en Leioa, el que entonces era mi marido y yo emprendimos una actividad relacionada con la hostelería. Se puede decir que ese fue el punto de partida, aunque realmente lo llevaba él. Un paso previo para lo que hago ahora con Maikala, que actualmente es mi vida”.
Como habéis visto, Maite es un claro ejemplo, real y cercano, de cómo emprender después de los 40 puede tener muchas ventajas. Además, y por si fuera poco, nos ha querido dejar un consejo para aquellas personas que se lo estén pensando: “Les diría que emprendan en algo que realmente sientan dentro de ellos, que exploten y defiendan aquello en lo que creen, que lo hagan con mucha ilusión porque son muchos los obstáculos que van a tener que superar, pero que todo eso merece la pena si confían de verdad en aquello en lo que hacen. Y por último, que se den a conocer, que el mundo les está esperando.” ¿Te atreves?