“Tienes 5 segundos para imaginar. Si no logras imaginar nada, tal vez deberías ver menos la televisión”. Parafraseando esta famosa cita de “La bola de cristal”, podríamos decir a alguien que inicia una actividad: “Tienes 60 segundos para explicar tu idea, si no logras explicarla, tal vez deberías replantearte tu negocio”. Esta presentación de 60 segundos forma parte de la comunicación efectiva y positiva de tu negocio y se concoe como “elevator pitch” (literalmente, “discurso de ascensor” porque se basa en la pregunta “¿cómo explicarías tu idea a un inversor o cliente si te lo encontraras en un ascensor?”).
Pero, ¿qué entendemos por comunicación positiva? No se trata de contar las maravillas de tu producto o servicio. Al contrario, se centra en las esperanzas, ilusiones o deseos de tu futuro cliente o inversor. ¿Por qué es importante para esa persona lo que tú ofreces? ¿Qué problema le va a solucionar? ¿Qué le ofreces que sea positivo para él o para ella?
Una vez has identificado estos aspectos fundamentales, estás mucho más cerca de poder comunicar tu idea de manera efectiva, aunque, además, del “qué”, necesitarás también tener claro el “cómo”. En Gaztenpresa estamos al lado de los emprendedores, conocemos de primera mano cómo explicais vuestro negocio y sabemos detectar rápidamente los puntos fuertes y los puntos débiles de una idea. Vemos que muchas veces una idea muy buena, si no se explica con claridad, pierde mucha de su fuerza. Por eso, puedes contar con nosotros para acompañarte en este proceso de comunicación de tu actividad, tan imprescindible para la consolidación de tu negocio.
Consejos para comunicar de manera positiva
A continuación, te ofrecemos algunas pistas sobre lenguaje positivo que esperamos que te sean de ayuda tanto para presentar tu producto o servicio como para relacionarte con proveedores u otras personas de tu equipo de trabajo.
- Tener algo que decir: Aunque parezca una obviedad lo más importante a la hora de comunicar es tener algo que comunicar. ¿Tenemos clara nuestra idea de negocio? ¿Está ya madura para contarla? Conviene ensayar hasta que lo esté, escribiéndola para darle forma, contándosela a personas de confianza de nuestro entorno, escuchando cómo suena en voz alta… Si nosotros estamos llenos de dudas sería mucho pedirle a un inversor que no las tenga. Y si no hemos invertido tiempo y esfuerzo en nuestra propia idea, ¿cómo podemos pedir que otros inviertan dinero o confianza?
- Decirlo de la manera más clara posible. Muchas veces pensamos que utilizar un lenguaje más sofisticado o técnico es mejor per se, pero no siempre es así. Si estamos en un ambiente informal o con personas que no conocen los entresijos de nuestro negocio, debemos ser capaces de explicar nuestra actividad de manera sencilla y clara. Adaptar el vocabulario al interlocutor le dará confianza en lo que le estamos explicando, ya que tendrá la sensación de entenderlo y lo podrá hacer suyo con mayor facilidad. Decía Schopenhauer que no hay nada más fácil que ser ininteligible. Debemos centrarnos justo en lo contrario.
- Usar frases cortas: Las frases largas cuestan más de asimilar para nuestro oyente y también nos pueden hacer perder el hilo a nosotros. Es mejor si utilizamos frases cortas y eliminamos las coletillas. También es importante dar pie a que nuestro oyente participe con algún comentario y responderle de manera clara a cualquier duda. Si no tenemos respuesta también es mejor ser honestos, aceptar que estamos trabajando en las soluciones, agradecerle que nos haya señalado un área de mejora etcétera.
- Escuchar: Saber escuchar no es solo permanecer callado, nuestro interlocutor agradecerá que mostremos nuestro interés de manera activa, que promovamos preguntas y opiniones y también que admitamos discrepancias.
- Responsabilizarnos: Es común que, sin darnos cuenta, comuniquemos ideas poniendo la carga de la acción en cuestiones ajenas a nosotros: no es lo mismo decir “no tengo tiempo” que decir “voy a priorizar otras cosas”. Tampoco es lo mismo un “nadie reconoce que este producto es muy novedoso” que un “no consigo que reconozcan como novedoso este producto”. Al detectar estas expresiones y cambiarlas lograremos asumir como propias ciertas acciones y nos ayudará a solucionarlas. Nada genera tanta confianza como el sentido de responsabilidad personal y la capacidad de autocrítica.
- Ser concisos: Para finalizar, al presentar un producto o servicio, es mejor que tu interlocutor se quede con ganas de saber más y que te pregunte, que no avasallar con todas las características en una primera conversación. Ya lo dice el refrán: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.
Si tienes una idea de negocio, en Gaztenpresa te podemos orientar. Llama al teléfono gratuito 900 101 143 o escríbenos a info@gaztenpresa.org