Seguro que has oído hablar de la economía colaborativa. BlaBlacar, Airbnb, Uber, Wallapop. Wimdu…hay muchos ejemplos; cada vez más. Internet pone en contacto a gente con intereses comunes. Sí, también a inversores individuales con personas emprendedoras en busca de financiación.
Conseguir dinero para un proyecto a través de internet es posible gracias al crowdfunding. En la era digital esta vía de financiación alternativa (traducido como financiación a través de la multitud) se suma a las que ya conocemos y que nos detalló Oscar Muguerza hace unas semanas.
La clave del crowdfunding no es otra que una página web. El procedimiento es simple e inmediato. La persona emprendedora que busca dinero, perfectamente desconocida, explica su idea a través de un vídeo u otros materiales ilustrativos, y lo sube a una de las muchas plataformas online de crowdfunding, indicando, la cantidad que necesita, los tiempos y, en su caso, la recompensa. Fin de la primera fase.
La importancia de la promoción online
Tiempo para evaluar el proyecto. A veces lo hará la propia web y otras se hará de forma comunitaria. Si la idea convence se publicará el proyecto por un tiempo definido variable. Comienza la promoción del proyecto. Aquí entra en juego el poder del ecosistema digital: redes sociales, blogs, webs…la maquinaria online se pone a trabajar a tope para que el proyecto consiga la cantidad fijada en el periodo estipulado. Acabado el plazo solo seguirán adelante los que hayan cumplido los objetivos.
¿Y qué tipo de proyectos se pueden financiar a través del crowfunding? De todo tipo. Este tipo de micromezenazgo no ha hecho sino aumentar en los últimos años desde que plataformas como Kickstarter lo popularizaran en Estados Unidos hace una década. Hay portales de todo tipo, generalistas, especializados en una determinada temática o producto…se trata de buscar la que más se adapta a nuestros objetivos.
Esencia colaborativa
La esencia del crowdfunding es la colaboración de la gente. Economía colaborativa aplicada a la financiación de proyectos. Algo posible gracias a internet. Esto hace que, además de conseguir dinero, los proyectos se enriquezcan con las aportaciones e ideas de las personas y, muchas veces, se hagan más competitivos. Sin duda, una forma de enriquecer el ecosistema emprendedor.
Si estás interesado en explorar esta vía es interesante que sepas que existen diferentes formas de crowdfunding:
- Donation based – Donación: el inversor, el que financia la idea, realiza una donación. Es decir, no recibe nada a cambio. Este tipo está relacionado con proyectos sociales y civiles.
- Reward based – Recompensa: se trata de financiar un proyecto a cambio de una recompensa que no sea dinero. Por ejemplo, financiar la grabación de un disco y recibir a cambio una copia del mismo o material promocional del grupo (camisetas, pósters…).
- Social lending o peer to peer lending: préstamo de dinero entre particulares a precios más favorables que los del mercado.
- Equity based: en este caso la recompensa será la participación en el capital de la nueva empresa.
Como ves, el crowdfunding no es solo un instrumento económico innovador que nació para financiar proyectos (en principio creativos), sino que conlleva una filosofía muy adaptada los tiempos y que tiene que ver con la colaboración entre iguales a través de la red. Además, has de saber que la legislación al respecto no está todavía muy definida y varía en función de los países.
Es bueno conocer todo el espectro de posibilidades que existen para financiar un proyecto de emprendimiento. Cuanta más información, mejor. Eso sí luego eres tú quien debes elegir cuál te interesa más en función de tus expectativas. Ya sabes que en Gaztenpresa ponemos en contacto a las personas emprendedoras y les ayudamos a buscar sinergias entre ellas. ¿Ya te has decidido?