El emprendimiento supone mucho más que ganar dinero: implica iniciativa, pasión, ilusión, esfuerzo, capacidad de sacrificio, resiliencia… y un montón de cualidades complementarias. Cuando una persona emprendedora estudia poner en marcha un nuevo proyecto, debe pensar también en tener un propósito, una motivación concreta que le ayude a convertirlo en algo más que una mera herramienta para ganarse la vida.
El propósito y el círculo de Oro
Te preguntarás ¿qué es exactamente el propósito? La definición que nos da la RAE es la siguiente: “El propósito es el ánimo o la intención por el que se realiza o se deja de realizar una acción”. Es por ello que en las siguientes líneas destacaremos la forma más adecuada de aplicar ese ánimo o intención en la que tanto hincapié se hace en esa definición.
Para explicar este concepto, nadie mejor que Simon Sinek. Este escritor y motivador inglés diseñó un modelo simple pero poderoso de liderazgo inspirador, en el que todo se basa en lo él denomina un círculo de oro y la pregunta «¿por qué?”: ¿Acaso nunca te has preguntado por qué algunas personas y organizaciones nos inspiran y otras no?
Sinek comparte su descubrimiento, el cual cambió profundamente su visión sobre cómo funcionaba el mundo, tanto que incluso cambió su manera de actuar: según su teoría, todos los grandes líderes y organizaciones del mundo inspiradores -desde Apple, Martin Luther King hasta los hermanos Wright- piensan, actúan y se comunican exactamente de la misma manera, pero de una manera opuesta a todos los demás. Tras su hallazgo, sencillamente codificó este patrón y le llamó «el círculo de oro«.
El 100% de las organizaciones saben qué hacen. Algunas saben cómo lo hacen (lo que conocemos como propuesta de valor); pero muy, muy pocas saben por qué hacen lo que hacen.
La respuesta a “¿por qué las organizaciones hacen lo que hacen?” constituye el propósito. Ya que los spoilers están muy de moda hoy en día, nos permitimos uno: no es ganar dinero. Este es siempre un resultado y no una causa. A continuación, te explicamos lo que sí es.
Cómo aplicar el propósito dentro de los negocios
Si el propósito es un elemento tan importante, ¿cómo puedes aplicarlo al universo del emprendimiento? ¿Para qué puede servir?
Como persona emprendedora, debes someter tu idea de negocio al siguiente escrutinio: ¿Cuál es su cometido? ¿Por qué debería o debe existir? ¿Cuál es su razón de ser y por qué debería importarle a tu público objetivo o a cualquier persona? Las respuestas a estas preguntas constituyen el propósito y deben ser la base sobre la que construyas la comunicación de tu idea o proyecto. Por ello, tal y como explica Simon Sinek, la comunicación debe hacerse desde dentro hacia fuera.
Esta teoría está basada en los principios de la biología. Si miramos un corte transversal del cerebro humano, vemos que está dividido en tres componentes principales que se correlacionan perfectamente con el círculo de oro.
- Nuestro neocórtex se corresponde con el nivel «¿qué?», y es responsable de todos nuestros pensamientos racionales, analíticos y lingüísticos.
- Las secciones del medio forman nuestro cerebro límbico, que está a cargo de los sentimientos, como la confianza y la lealtad. Es también responsable de todo comportamiento humano y de la toma de decisiones, pero no tiene habilidad ninguna para el lenguaje.
En otras palabras, cuando nos comunicamos de fuera hacia dentro, nuestro público podrá entender gran cantidad de información complicada, como características, beneficios o cifras, pero eso no le conducirá a ningún comportamiento y resulta poco inspirador. En cambio, cuando nos comunicamos de dentro hacia afuera, estamos hablando directamente con la parte del cerebro que controla el comportamiento y la toma de decisiones, por lo que podrán compararlo con lo que dicen y hacen en su día a día, con sus creencias: Esto es mucho más probable que desencadene una acción.
Pongamos un ejemplo tangible: tienes una empresa e inicias un proceso de selección. El objetivo no es contratar personas que necesitan un empleo, sino contratar a personas que crean en lo mismo en lo que crees tú: Si contratas a gente sólo porque puede desempeñar un trabajo, entonces trabajarán por el dinero. Si contratas a gente que comparte tus creencias, entonces trabajarán poniendo sangre, sudor y lágrimas.
Ventaja de tener un propósito de negocio
Desde el punto de vista del negocio, las empresas que tienen este leit motiv suelen resistir mejor determinadas situaciones complicadas y tienen mayor capacidad de resiliencia. El emprendimiento es un mundo apasionante, sí, pero también está cargado de retos y, en tiempos de dificultades, la motivación extra que aporta el propósito puede ejercer de palanca tractora para superar determinados problemas.
Desde el punto de vista del consumidor, las personas que conectan y establecen una relación emocional con una marca son más fieles, y esto se traduce en más ventas: Según un estudio realizado por Capgemini, “España se sitúa en cuarta posición del ranking de localizaciones donde el consumidor tiene más vínculo emocional, con un 51% de encuestados que así lo asegura”.
En líneas generales, el propósito es una combinación de sueños o deseos y de emprendimiento con el que puedes aspirar a generar un impacto determinado en la sociedad y atraer a aquellas personas que creen en lo mismo que tú. Si necesitas apoyo para incrementar la rentabilidad de tu nuevo negocio con propósito, te esperamos en Gaztenpresa para ayudarte a explorar todas las opciones.