Es una pregunta que ningún trabajador o trabajadora querría hacerse, pero ¿qué puedes hacer cuando tu empresa anuncia que está a punto de cerrar? A este problema se enfrentaron cuatro trabajadores de una calderería guipuzcoana antes del verano de 2013 cuando la dirección les informó de que dejaría de dar servicio en pocos meses.
En su caso, la respuesta estuvo clara, aunque no exenta de dificultades: decidieron dar servicio a sus clientes desde una nueva empresa, la que decidieron crear ellos mismos y que hoy ya es una realidad empresarial y un negocio rentable: calderería Errotek, en Lezo, Gipuzkoa.
Lo consiguieron gracias a Gaztenpresa, que les guió en todo el proceso, desde el plan de negocio hasta la puesta en marcha definitiva, y les consiguió las ayudas y subvenciones públicas a las que tenían derecho.
Ahora, estos cuatro trabajadores son dueños de su propio negocio después de una vida de trabajo por cuenta ajena. Y cuando decimos “toda una vida” no es sólo una frase hecha: uno de ellos empezó de aprendiz a los 16 años y sumaba cuatro décadas trabajando para su anterior empresa, cuando se embarcó en esta aventura de montar un negocio propio.