Al carecer de la rigidez del trabajo por cuenta ajena, como autónomo puede parecer que tienes más facilidades para conciliar la vida personal y laboral, pero esa aparente flexibilidad también puede generarte problemas a la hora de separar ambas facetas: trabajo y descanso; negocio y ocio. Asimismo, tu productividad también puede verse afectada. Por eso conviene imponerse una serie de normas para que puedas mantener tu energía. Ya que eres tu propio jefe o jefa, debes velar por tu propio bienestar.
- Horarios fijos: Aunque puedes ser flexible, es útil establecer horas fijas para comenzar y terminar de trabajar. Además, comunicar estos horarios a tu clientela o colaboradores les ayuda a respetar tu tiempo fuera del trabajo.
- Espacio de trabajo separado: Si trabajas desde casa, intenta designar un área específica para trabajar. Esto ayuda a tener un «lugar de trabajo» que, cuando lo abandonas, marca un final simbólico para la jornada.
- Planifica y gestiona tu tiempo: Usa agendas y calendarios para organizar tus tareas y también tu tiempo de ocio.
- Delega tareas: Puedes externalizar ciertas tareas que no sean tu especialidad (contabilidad, marketing, diseño gráfico…) o usar herramientas tecnológicas para automatizar procesos.
- Aprende a decir “no”: Las y los freelance suelen aceptar todos los encargos para no perder clientela, pero para ofrecer un trabajo de calidad debes cuidar tu salud, energía y descanso.
- Pausas regulares: Aunque no tengas compañeras y compañeros de oficina para tomar el café y desconectar, conviene hacer pausas breves para relajarte, tomar aire o pasear.
- Cuida tu salud: Tu bienestar es esencial para mantener la productividad y la satisfacción personal a largo plazo. Para ello debes dormir bien y tratar de hacer ejercicio.
- Expectativas claras con la clientela: Para evitar demasiada presión por parte de tu clientela, debes establecer desde el principio expectativas claras sobre los tiempos de entrega, las formas de comunicación y los límites en la disponibilidad.
- Desconexión digital: La constante conexión puede provocar gran desgaste mental. Como autónomo, es fácil caer en la trampa de revisar constantemente correos electrónicos, mensajes de clientes o redes sociales. Desactiva las notificaciones fuera del horario laboral y dedica momentos del día a estar sin tecnología.
- Socializa: Ser autónomo puede hacerte sentir solitario/a y aislado/a. Debes tratar de mantener vínculos con tus amistades y familiares, pues las relaciones personales son una fuente importante de apoyo y bienestar.
- Desarrollo personal: Dedica tiempo a tus hobbies y pasiones. Haz un hueco para aquellas actividades que disfrutes y que te ayuden a crecer personalmente: viajar, estudiar, meditar, descansar o pasar tiempo con tus seres queridos, por ejemplo.
En conclusión, ser autónomo ofrece una libertad que pocos trabajos por cuenta ajena permiten, pero también conlleva una responsabilidad adicional para equilibrar adecuadamente el tiempo y la energía que dedicas a tu vida laboral y personal. En el mundo freelance, la frontera entre ambas facetas es muy difusa. Buscar ese punto óptimo es un trabajo en sí mismo. Con una planificación adecuada, el establecimiento de límites, el uso de ciertas herramientas, el autocuidado y la capacidad para delegar y organizarse, puedes lograr una conciliación que te permita disfrutar tanto de tu negocio como del ocio.
Para evitar caer en el famoso burnout, debes buscar tus momentos y espacios de desconexión y descanso. Nadie se va a preocupar por tu salud mental más que tú mismo/a. Las personas emprendedoras deben escucharse y cuidarse. Saber parar a tiempo mejorará tu productividad a la larga.