En esta tercera temporada del podcast, hemos ahondado en la economía y el impacto social a través de diversas iniciativas emprendedoras. Pero, ¿cómo se mide y evalúa el impacto social? Para responder a esta pregunta, contamos en el último episodio de la temporada con Jessica Pizarro Arteaga, una emprendedora que ayuda a entidades y empresas a saber cómo están impactando realmente en la sociedad y el medioambiente.
Esta chilena comenzó su andadura profesional en su país natal trabajado en una ONG que apoyaba a personas emprendedoras y microempresarias. A pesar de la satisfacción que manifestaba la gente a la que asesoraba esta organización, empezaron a surgir preguntas del tipo ‘Y, ¿qué pasa después? La vida de esas personas que ayudamos, ¿cambia? Y si cambia, ¿cómo lo hace?’.
Porque «impacto es igual a cambio», remarca Jessica. El impacto no es lo que estás haciendo en este momento, sino el cambio que van a experimentar las personas a lo largo del tiempo gracias a haber recibido los servicios de una organización o entidad en un determinado momento.
Este planteamiento llevó a la ONG a diseñar y ejecutar una serie de acciones de medición del impacto en sus centros de emprendimiento, que supusieron la primera experiencia profesional de Pizarro con esta disciplina, y también su toma de consciencia de que se quería dedicar a esto. De esta forma, Jessica comenzó un viaje, literal y figurado, que tras pasar por Barcelona, ahora tiene parada en Bilbao, y que le ha servido para acumular una larga lista de proyectos exitosos en el ámbito de la evaluación del impacto.
El procedimiento
Jessica nos explica que no hay una receta única para medir el impacto, ya que depende de quién es el organismo o entidad que encarga la medición, si es la primera vez que lo va a medir o ya ha realizado alguna iniciativa anterior, y para qué necesita medirlo.
No obstante, la primera fase suele consistir en definir una estrategia de impacto, utilizando la teoría del cambio. Se trata de una metodología que permite trazar una cadena de causalidad desde las actividades que realiza la entidad hasta los cambios esperados en el entorno y la población.
Una vez definida la estrategia, se establecen cuáles son los indicadores que vamos a utilizar para medir los resultados que esperamos conseguir y se implementa un sistema de medición, que implica un monitoreo continuo de los indicadores señalados.
Pero la evaluación del impacto va más allá de la medición. Implica analizar e interpretar los resultados obtenidos en relación con las preguntas clave y los objetivos iniciales establecidos en la estrategia de impacto.
En esa reflexión, “aparecen cosas esperadas y no esperadas”. En este sentido, Jessica comparte un ejemplo de un programa de microcréditos para personas emprendedoras en Cataluña en el que la evaluación del impacto reveló que, a pesar de que los negocios puestos en marcha perduraban en el tiempo, las personas se sentían socialmente aisladas debido a la carga de trabajo. Esta conclusión provocó un aprendizaje organizacional que llevó a la entidad a añadir la gestión del tiempo en sus mentorías.
Este no es el único caso práctico del que nos habla Jessica en su entrevista. Así que, si deseas descubrir qué entidades están implementando ya estrategias de impacto y cómo lo están haciendo, te invitamos a que escuches el episodio completo. ¡Dale al play!